En lo que se refiere a servicios, se observó un aumento sustancial en servicios de comida, es decir, restaurantes y gastos de hospedaje o rentas temporales, también en gastos relacionados con salud.
Por otra parte, en bienes físicos, el crecimiento importante se reportó en productos farmacéuticos y en la venta de autos, en el último trimestre del año.
De resto, se dio un aumento interesante en el inventario, con lo cual se ve que el sector privado se está preparando para una continuación en el consumo. Por último, el efecto de los aumentos de salario para los empleados del gobierno estadal y federal también contribuyó al reporte de inflación.
Lo más resaltante de esto es que el precio estimado del reporte de inflación llegó a 1,7%, sorprendiendo a la baja y ubicándose por debajo del objetivo de 3% de la Reserva Federal, con lo cual parece que la economía sigue encaminada al soft landing, tan anhelado por el mercado y los bancos centrales.