EN RESUMEN
- El reporte de empleos de Estados Unidos de noviembre dejó un sabor agridulce para los mercados
- Se crearon 64.000 nuevos empleos, una cifra ligeramente mejor a lo que esperaba
- La tasa de desempleo subió hasta el 4,6%
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El reporte de empleos de Estados Unidos correspondiente al mes de noviembre, publicado hoy, dejó un sabor agridulce para los mercados: el titular luce relativamente sólido, pero la “letra pequeña” muestra un deterioro preocupante en la salud de la economía.
Por un lado, se crearon 64.000 nuevos empleos, una cifra ligeramente mejor a lo que esperaba el consenso del mercado. Sin embargo, el dato viene acompañado de un aumento en la tasa de desempleo hasta 4,6%, y de una composición sectorial que apunta a un enfriamiento más amplio del mercado laboral.
Un titular razonable, pero un trasfondo negativo
A primera vista, la creación de 64.000 empleos podría interpretarse como una señal de resiliencia económica. No obstante, cuando se observa el desglose sectorial y la dinámica del desempleo, el reporte luce más negativo, especialmente para el crecimiento de la economía real.
• La tasa de desempleo sube a 4,6%, reflejando que más personas están perdiendo su trabajo o tienen dificultades para reinsertarse laboralmente.
• El aumento del desempleo no se concentra únicamente en un sector, lo que sugiere un enfriamiento más generalizado.
Desde la perspectiva macroeconómica, este tipo de reporte suele considerarse negativo para la economía, aunque no necesariamente desastroso para los mercados financieros en el corto plazo, dado el efecto que podría tener sobre las decisiones de la Reserva Federal (Fed).
Un mercado laboral cada vez más dependiente de educación y salud
Uno de los elementos más importantes del reporte es la composición de los nuevos empleos. El crecimiento sigue estando fuertemente concentrado en el sector de educación y salud, que continúa dominando la creación neta de puestos de trabajo.
Despidos en hospitalidad, transporte, almacenaje y manufactura
Donde se observa con mayor claridad la debilidad es en los sectores que antes habían sido motores importantes de recuperación post-pandemia:
• Hospitalidad y servicios: el reporte muestra despidos netos. Este sector, que había sido uno de los grandes generadores de empleo tras la reapertura económica, ahora empieza a contraerse.
• Transporte y almacenaje: se incrementan significativamente los despidos, una señal de menor dinamismo en el comercio y la logística.
• Manufactura: también se registra un aumento en los recortes de personal, lo que suele ser un indicador adelantado de debilitamiento económico, ya que las empresas ajustan producción ante una demanda más débil.
En conjunto, estos movimientos sectoriales refuerzan la lectura de que el reporte es negativo para la economía, aun cuando el número de empleos creados luzca razonable en el titular.
Construcción: un punto de luz en un entorno complicado
La única noticia relativamente positiva dentro del informe es el regreso al trabajo de trabajadores del sector construcción.
Sin embargo, por sí solo no alcanza para compensar el deterioro observado en hospitalidad, transporte, almacenaje y manufactura.
Revisión de octubre y efecto del cierre de gobierno
El informe también incluye la actualización de la data de octubre, que muestra 105.000 empleos netos perdidos (despidos netos), como consecuencia del cierre parcial de gobierno.
¿Qué implica esto para la Fed y las tasas de interés?
Uno de los puntos clave para los inversionistas es cómo este reporte puede influir en la trayectoria de la política monetaria de la Reserva Federal.
Con una tasa de desempleo subiendo a 4,6% y señales de enfriamiento en varios sectores, el mercado empieza a mirar con más seriedad la posibilidad de que la Fed recorte las tasas de interés en enero o marzo.
En otras palabras, lo que es negativo para la economía puede terminar siendo interpretado como un “alivio” potencial para los mercados financieros, que descuentan una política monetaria menos restrictiva.
Para los inversionistas, el mensaje central es claro: el mercado laboral sigue creciendo, pero cada vez con más fragilidad bajo la superficie, y eso coloca más presión sobre la Fed para calibrar cuidadosamente sus próximos pasos.