Las ventas minoristas excluyendo gasolina y los combustibles llegaron a 0,5% versus 0,1%, una señal clara de que el consumidor estadounidense sigue bastante robusto, dado que el consumo de gasolina no ha estado afectado por los precios.
Analizando el movimiento mensual observamos que comer en restaurantes subió casi 1%, la comida en supermercados también se encareció en un porcentaje similar. Cuidado y salud y cuidado personal también aumentaron cerca de 0,7%, aunque no son categorías de primera necesidad, sino más bien discrecionales, especialmente restaurantes y cuidado de tocador.
Así que este reporte evidencia que el consumidor en los Estados Unidos sigue en una situación muy ventajosa.
De esta forma la Reserva Federal recibe tres confirmaciones importantes de que la situación económica sigue bastante bien, con la inflación continuando su camino a la baja, aunque menos rápido de lo que se esperaba, el reporte de empleos sorprendiendo al alza, y el reporte de ventas minoristas también sorprendiendo gratamente al alza.
Así que todo indica que la Fed no tiene que preocuparse demasiado acerca de que la economía pueda desacelerar, considerando lo bien que vienen comportándose los segmentos más importantes, como son empleo y consumo.