Esto luego de que la subida del petróleo, y la fortaleza de la economia en Estados Unidos, hacen pensar a muchos que la inflación se mantendrá elevada por más tiempo, por lo que la Reserva Federal no tendria en mente bajar las tasas de interés pronto.
Es de suponer que esta es la razón del fuerte aumento en los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años, que sirven como un indicador informal para las tasas hipotecarias a 30 años. El umbral del 8% representa solo otro hito no deseado en la tendencia al alza de los costos de endeudamiento.
El ingreso familiar promedio nacional para 2023 es de $96.300, según el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de EE. UU., y el precio promedio de una vivienda existente vendida en agosto de 2023 fue de $407.100, según la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios. Basándonos en un pago inicial del 20% y una tasa hipotecaria del 7,99%, el pago mensual de $2.387 representa el 30% del ingreso mensual típico de una familia.
El fuerte aumento en las tasas hipotecarias ha reducido la asequibilidad y ha provocado una desaceleración en las ventas de viviendas. Los compradores primerizos son especialmente desafiados por este mercado. Los precios de las viviendas no han caído significativamente y es poco probable que disminuyan, dada la escasez de viviendas en venta.
Esta subida en el mercado de bonos también afecta otros mercados de deuda, como la de autos y deudas privadas, por lo que por ahora es una historia del efecto sobre el mercado inmobiliario, pero probablemente veamos ahora más historias de desaceleración en el mercado de ventas de autos y tarjetas de crédito, entre otros.
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